La autora Ahumada (2009) destaca lo conveniente de la existencia y permanencia de prácticas pedagógicas orientadas hacia: la convergencia de la didáctica con las estrategias de aprendizaje que se desplieguen, el estímulo constante hacia la metacognición, la sintonía con el mundo real en el que se sitúa el aprendiz que facilite la conexión del conocimiento con la experiencia, la atención a la construcción de sentido por parte del aprendiz y, finalmente, la emergencia de oportunidades para que sea éste el protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje.
En este sentido, Ahumada (2009), expresa que el aprendizaje visual y las estrategias de aprendizaje son las ventajas de introducir microestrategias que requieran representación visual son diversas y se basan en que la mayor parte de la información que percibimos, en torno a un 80%, es recepcionada por el canal visual. Por su parte, los principios del aprendizaje visual se asocian a que el estudiante, utilizando herramientas de este orden pueda: clarificar su pensamiento, reforzar su comprensión, integrar nuevo conocimiento y, adicionalmente, identificar conceptos erróneos.